miércoles, 20 de noviembre de 2019

Emmi Pikler y Loris Malaguzzi

Emmi Pikler
Esta es la historia de Benjamín,un niño cuya segunda infancia transcurre durante la segunda guerra mundial.
La familia de Benjamín vivía sumida en la extrema pobreza,sin apenas recursos económicos y a lo que cabe destacar una situación de maltrato por parte de su progenitor hacia su madre.
A penas había cumplido los seis años cuando recorría las frías calles en busca de cartones que poder reciclar y de esta manera sacarse algún céntimo al venderlos a una pequeña planta de reciclaje de su ciudad.
Cada mañana se levantaba temprano,casi al alba,con el fin de poder evadir la tensa y dura situación de su casa;mientras caminaba a lo largo de su gélida calle rebuscando en contenedores siempre obtenía el saludo de una persona desconocida que le observaba atentamente,su nombre era Emmi y era maestra en una escuela cercana situada en el mismo barrio en el que vivía. 
A Emmi le invadía la duda y la inquietud de saber más sobre aquel pequeño crio pues nunca lo había visto por la escuela así que una tarde se armó de valor y decidió seguirlo hasta su hogar. 
A medida que se acercaba caminando detrás del muchacho,se aproximaban más hacia el extrarradio de la ciudad;las calles de volvían más oscuras y desiertas,tan solo a lo lejos se apreciaba una pequeña chabola construida con materiales que habían desechado de una obra cercana y en la que de apreciaba el reflejo de una tenue luz del interior a tráves de casi aquellos opacos cristales. 
Emmi vio como el pequeño Benjamín se acercó a aquella destartalada casa entrando algo temeroso y dubitativo. La curiosidad se apoderaba a pasos titánicos de aquella joven maestra,de tal modo que no se detuvo y acercándose a aquellas ventanas descubrió lo que su avispada mente le había dejado intuir. 
Una escena dantesca le quedó grabada en la mente. Un pequeño niño que llevaba pateándose la cuidad todo el día para poder sobrevivir y al llegar a casa no tenía bocado que llevarse a la boca. Así día tras día. 
Una tarde al salir de su escuela Emmi tomó la decisión de poner punto y final a la situación del pequeño y que a conversar con sus progenitores con el fin de convencerlos para que le permitieran acudir al centro educativo y poder darle la atención y los cuidados necesarios,con la finalidad de que creciera en un ámbito cálido con el cariño de sus cuidadores así como ofreciéndole la capacidad autónoma de su desarrollo. 
De este modo y gracias a la gran labor de esta manera,Benjamín creció rodeado de afecto y vínculos estables.

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